tag:blogger.com,1999:blog-1319637380287409327.post4165036300822811093..comments2022-03-28T05:41:07.768+00:00Comments on Corónicas de Ingalaterra. Blog de Eduardo Moga.: Mi gran nocheeduardo mogahttp://www.blogger.com/profile/04474943325268195645noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-1319637380287409327.post-39597461031440411302015-07-22T08:51:32.567+01:002015-07-22T08:51:32.567+01:00Muchas gracias, José Miguel, por su extenso y amab...Muchas gracias, José Miguel, por su extenso y amabilísimo comentario. Mensajes como el suyo son los que todo escritor desea recibir: de un lector hasta ese momento desconocido, que ha descubierto en lo que uno ha escrito algo que comparte y con lo que se identifica: que le habla a él, que le divierte y le estimula. Eso es precisamente lo que los escritores queremos conseguir: una comunicación real con las personas, un diálogo verdadero entre sensibilidades o, si la palabra no estuviese algo desacreditada, por grandilocuente, entre espíritus. Celebro que mis epentéticas "corónicas" hayan obrado ese pequeño milagro contigo -permíteme que te tutee-, y tener en ti a un lector tan cordial como afilado.<br /><br />Tu comentario, créeme, me ha alegrado los días.<br /><br />Si me indicas una dirección de correo electrónico, será un placer mantener la comunicación contigo e informarte sobre mis actividades futuras.<br /><br />Te mando un gran abrazo.<br /><br />Eduardo. eduardo mogahttps://www.blogger.com/profile/04474943325268195645noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1319637380287409327.post-78447232937921129862015-07-20T19:05:55.512+01:002015-07-20T19:05:55.512+01:00Estimado señor Moga:
Hasta hace una semana, no co...Estimado señor Moga:<br /><br />Hasta hace una semana, no conocía su nombre (me tengo por lector contumaz, pero confieso que la poesía contemporánea no figura entre mis lecturas habituales). De visita en Madrid, hace una semana, y en concreto en el FNAC, mi mirada errante por las estanterías en busca de alguna joya más difícil de encontrar en Málaga, donde resido, se detuvo en un librito en cuya cubierta leí, de modo fugaz, el título de Crónicas de Inglaterra. Mi inveterada anglomanía me hizo tomarlo en las manos para descubrir, primera sorpresa, la epéntesis —término que desconocía— que modifica el título. Y después, que era una recopilación de artículos previamente publicados en un blog que todavía está abierto en la Red. Salpicando aquí y allá las entradas, me descubrí dedicándole un tiempo más largo del que había pensado: me decidí y lo compré.<br /><br />He estado una semana absorto en su lectura, hasta el punto de descubrirme, en los ratos largos en que estaba ocupado en otras cosas, una especie de ansiedad por retomarla en cuanto pudiera. Aprovechando la primera entrada que encuentro en su blog, le felicito vivamente por la extraordinaria calidad de esta obra, por sus múltiples puntos de interés. Inicialmente, buscaba en ella esas pequeñas impresiones, esos acertados dibujos sobre una ciudad, Londres, que vive en mí desde mucho antes de que pudiera conocerla personalmente, gracias a la literatura. Pero, claro, he encontrado en el libro mucho más: he encontrado una voz lúcida, un sentido de la observación, una mirada crítica, una escritura profundamente divertida, una actitud ante la vida, en suma. Una vida de la que he disfrutado poder asomarme a lo largo de esa selección de momentos del año registrado en su blog. A ratos he ido descubriendo una comunidad de gustos, a ratos he discrepado, en muchos no he podido evitar la sonrisa (incluso la carcajada), y siempre siempre, me he dejado llevar por cualquiera que fuese el tema elegido: el paseo por Londres, el comentario literario, la crónica de amistades (y enemistades: esas entradas me han deparado algunos de los momentos más intensos), la desengañada reflexión política o la crónica cotidiana. Su libro encima encierra la promesa de una «versión extendida» —concepto éste que me ha recordado cuando, en mi infancia, descubrí que los libros de aventuras que me regalaban mis padres (de Julio Verne, por ejemplo) encerraban la sorpresa de la existencia de unas ediciones (las originales, claro; las otras eran las versiones para niños) donde iba a encontrar los mismos placeres pero duplicados en número de páginas. Con tranquilidad, iré recuperando uno por uno esos días que quedaron fuera del libro, al tiempo que intentaré seguir sus entradas actuales… aunque confieso que si su editorial decidiera dedicar otro volumen a aquéllas mi gozo sería todavía mayor.<br /><br />Un saludo cordial y admirativo, de José Miguel García de Fórmica, con domicilio formal en Málaga, pero nostálgico soñador de Londres<br />José Miguel Garcíahttps://www.blogger.com/profile/04664279739935974566noreply@blogger.com