jueves, 3 de octubre de 2013

Extracomunitarios

Me manda el Fondo de Cultura Económica un ejemplar del recién publicado Extracomunitarios, una antología de nueve poetas latinoamericanos en España, realizada por el poeta, ensayista y traductor Benito del Pliego, un madrileño que vive y trabaja en Carolina del Norte. A Benito lo conocí por omisión. Preparaba yo una antología de joven poesía española, caracterizada por el principio estético de la tensión, y uno de mis antologados, Marcos Canteli, me habló de él. Busqué poemas suyos en Internet -porque entonces no había publicado todavía poemario alguno; el primero sería Muesca, en 2010- y me gustó mucho lo que leí. Le envié un correo electrónico a la dirección que me había indicado Marcos para invitarle a participar, pero nunca obtuve respuesta. Reiteré el envío, pero prosiguió el silencio. Concluí, pues, que Benito no estaba interesado en la antología, y seguí adelante con mi trabajo con el resto de los seleccionados. El resultado de esa selección es Poesía pasión. Doce jóvenes poetas españoles, publicado por la benemérita editorial zaragozana Libros del Innombrable en 2004. En el prólogo, sin embargo, yo mencionaba el intento, frustrado, de incluir en ella a Benito, cuya poesía me parecía merecerlo. Ahí quedo la cosa, hasta que, bastantes años después, hacia 2009 o 2010, recibo un correo estupefacto de un tal Benito del Pliego: había hojeado Poesía pasión en una librería -o en una biblioteca, ya no lo recuerdo bien; entonces las bibliotecas públicas españolas compraban libros españoles- y había visto su nombre en la introducción y la explicación que yo daba de su ausencia. Pero él no había recibido nunca aquellos correos míos, me decía, entre dolido y asombrado. La razón por la que nunca le llegaron, o por la que el sistema nunca me los devolvió a mí, pertenece al arcano mundo de la informática. El hecho es que tanto él como yo perdimos la ocasión de figurar, juntos, en aquella antología, pero ganamos, pese a todo, una buena amistad, que perdura hoy. Desde entonces nos hemos visto en Barcelona, a donde Benito ha venido varias veces para presentar algún libro o participar en alguna lectura, y hemos mantenido una relación epistolar muy cordial. En todas estas ocasiones he tenido ocasión de comprobar que Benito del Pliego no solo es una persona excelente, sino también un excelente conocedor de la literatura, más aún, es un excelente pensador de la literatura, porque muchos la sienten, pero pocos son capaces de razonarla, de comprenderla, de explicarla; y eso también es muy necesario, y muy creativo. Este rasgo suyo se demuestra, una vez más, en Extracomunitarios, donde reúne a nueve autores nacidos o criados en Hispanoamérica, de entre la pléyade de los que viven y escriben en España desde hace décadas. Son los argentinos José Viñals, Mario Merlino -ambos ya fallecidos- y Ana Becciú, los peruanos Yulino Dávila y Magdalena Chocano, el ecuatoriano Mario Campaña, la cubana Isel Rivero y los chilenos Andrés Fisher y Julio Espinosa. (Es muy posible que, dada la rapidez con la que se están invirtiendo las cosas, dentro de no muchos años alguien antologue a los poetas españoles que se han establecido en Hispanoamérica, huyendo de una realidad insoportable en su país, pero, hoy por hoy, todavía son más los que se han refugiado en nuestras fronteras, escapando de penurias económicas o persecuciones políticas). Todos los autores de Extracomunitarios practican una poesía quebrantada e intensa; todos pueden situarse en el dilatado espacio de la vanguardia y la experimentación. Su disposición inquisitiva, su incomodidad con el estado de las cosas, con la irrefutabilidad de las cosas, se revela a cada instante, recordándonos, una vez más, que la poesía en Hispanoamérica nunca ha renunciado a una relación polémica con el lenguaje y con el mundo, a una constante recreación de la realidad por la vía del rompimiento de las estructuras lingüísticas que la sostienen, a pesar de algunos intentos recientes por que la certidumbre -esto es, el acomodo, la sumisión- cape todo propósito regenerador, y toda la belleza asociada con ese propósito. El trabajo de Del Pliego en Extracomunitarios es impecable: a su enjundiosa introducción añade un prólogo específico para cada autor, lo que redondea un volumen concebido y publicado con pulcritud admirable.

1 comentario:

  1. Acertado comentario sobre Extracomunitarios, Eduardo. Se agradece este tipo de visión directa al meollo.

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